Testamento
Te construyo nuevo
y desmorono
uno a uno
los peldaños que te trepan
como ácida hiedra.
Con terquedad y vandalismo
agazapados
devoro
el último aliento
de otra despedida.
Sólo lamento no haber sido
manantial para tu cansada espalda
ni tu sol de la mañana,
ni mis ojos
el desahogo de tus ansias.
Ni el nido al final de una dura semana.
No haber llegado
a desenmarañar tu risa.
No haber encontrado
otro final para esta historia.
Pero la primavera me agarra por sorpresa
y me deshojo en adioses.
En mi mudo duelo
ya no es tu cuerpo
sino las flores de tu beso
lo que extraño.
Y tus manos trasnochadas
tramando
todo menos el encuentro.
2 comentarios:
Maria Laó.
Que poema!!!! Casi puedo ver las hojas cayendo del árbol cuando hay tormenta y las manos tiñendose de despedidas en cada gota de silencio, en cada palabra armada para la guerra.
Excelente
Gaby Delgado
María Laó, Tu poema es Impresionante! Gracias por tu invitación a visitar tu blog y por tu "Mmmmmm ruquísimo".
Autor de tumejorreceta.blogspot.com
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