¿Qué fue eso? Ni siquiera me dio para terminar de contar un solo encuentro. Un capítulo que intenté escribir en mi vida, un delirio total, que creí posible como para olvidar toda la historia de cuerda floja con él. Y, no. Claro. No funcionó. Mala receta. ¿Pero no era que un clavo saca a otro clavo, o algo así?
Resultado: una noche cualquiera de una semana complicadita sonó el teléfono. Y se me estampó una sonrisa en el alma. Era él, anunciando que venía con champagne, para relajarnos y reírnos juntos, ya que su semana tampoco había sido de lo mejor.
En menos de diez minutos arreglé la casa, tendí la cama, me depilé, me bañé, me cambié, me maquillé y, hecha una diosa, bajé a abrir la puerta. Traía tres botellas en la mano, lo que significaban dos cosas: 1) que estaba con problemas graves, y 2) ¡¡¡que se avecinaba una noche maravillosa!!!
Me pidió darse una ducha, ya que venía de todo el día en la oficina. Salió perfumadito, impecable, con sus pantalones de vestir y su perfecta camisa (¿cómo hace este hombre para que su ropa ni siquiera se arrugue durante el largo día?), pero descalzo.
Y el pronóstico no se equivocó: estuvimos toda la noche despiertos, haciéndonos masajes con aceites y, por qué no, con algo de tanto champagne que había en la mesita de luz, acariciándonos los pies, hablando de amor y cine, mimándonos, mimándonos, mimándonos. Se fue a las siete de la mañana, sin haber pegado un ojo, a llevar a su hija al colegio. Yo me desmayé, totalmente complacida y empalagada por él.
Me pidió que fuera a ver Moulin Rouge, porque entonces iba a entender lo que nos pasaba. Dice que es la película más exquisita que vio, y que, encima, habla de nosotros. No quise saber con quién fue a verla.
Se pregunta por qué no encuentra nunca el momento de pasar más tiempo conmigo si lo hace tan feliz, si mi cuerpo es el único lugar donde se encuentra en paz (sic). Soy un tarado, repite. Yo no soy quién para desmentirlo.
10 comentarios:
mmmmmmmm
que buuuen relato
me gustó todo el detalle de lo que aconteció
y vos?
digo
me pregunto
como te sentis , con todo esto?
besos
Cómo me siento, Lauri???
Como en una licuadoooora, jaja.
Pero feliz de vivir algo así de intenso.
Creo que toda mujer debe pasar por un amor así alguna vez en su vida (aunque generalmente no es el elegido a la hora del vestido blanco, jajaj!!!).
Besosssss
muy bueno!! realmente muy bueno!!! besos
a tal historia da borboleta no estomago ne? :)
Estoy aqui!
Muy bueno!
= )
muy buen relato, una gran experiencia
aquí estoy, visitando tu blog como querías.
llego sin botellas y nunca parezco recién afeitado.
un abrazo
Mientras no se convierta en tortura que se disfrute!
Belo... estás nos meus FAVORITOS!
Bjo!
brigado pelo comentário mesmo que eu "non abla nada de espanhole"
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