viernes, 11 de julio de 2008

Vacuo

Este diario tiene que salir a la luz. Convertirse en público, ser un libro, una película. Si no, sigue siendo más de lo mismo: dedicarle días, años, sueños y desvelos para que quede en mí (ni siquiera en él, que jamás llega a enterarse, sólo en mí para mí).

¿Nunca sabrá cuánto lo amo? Y ahora que, por lo visto -ya que hacen meses que no nos vemos, no aparece por los lugares que compartíamos, no trabaja más por el barrio, y no contesta los dos llamados que le hice-,
“dimos” por terminada la relación, ¿qué hago con este tremendo paquete de sentimientos no expresados?

A veces creo que me va a enfermar tener todo esto sin poder volcarlo. Casi puedo tocarlo, de tanto que es. Tiene forma y hasta color. Y me pesa en los hombros y en el alma.

¿Cómo abandonarlo? ¿Dónde depositarlo?

¿Adónde va el amor cuando no va a ningún lado?

5 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Mercadito de barrio dijo...

creo que queda en el aire, pululando, hasta que aparece otra persona.

ALICIA CORA dijo...

Las mordazas al cabo de un tiempo caen y dejan en su lugar cicatrices, está en nosotros encontrar el camino para borrarlas.
Te deseo eso, un camino de luz para iluminar ese corazón que está quejándose. Besos de Alicora

Alicia dijo...

María Laura:
Sólo te digo que me encanta lo que escribiste.
Y no te doy ningún consejo.
Sólo que vivas feliz, de acuerdo a las circunstancias.
Y además, te quiero mucho.

Alicia Márquez

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.