miércoles, 14 de noviembre de 2007

Puerto


La noche lo pregunta.
No saberte sería como
nunca haber visto el mar.
Saber que existe,
que es inmenso,
furioso y calmo a la vez,
pero nunca haber podido acercarse a él,
no haber sentido el sabor
del agua salada en la boca
ni el roce de la arena caliente
entre los pies descalzos,
nunca haberse sumergido en el agua fina.
No saberte sería morir un poco.

Y abro los ojos y te alcanzo.
Tu piel con gusto a mar
me envuelve
y desviste para mí todos los misterios
de tus profundidades.