domingo, 30 de noviembre de 2008

Rewind

La idea de la familia perfecta desapareció de un soplido. Así. Sin más.
Ramiro, entre tironeos por el divorcio con su ex-mujer, decidió que no estaba listo para llevar adelante esta relación. Y hasta está dudando darle el apellido al bebé.
Lloré días enteros. Tantos meses de edificar, de aprender en un curso acelerado a ser la mujer perfecta, de decorar una casa que ya no será mía, de pensar a este chiquito defendiéndose en la vida. Solo, conmigo.
¿Qué pasó con las postales de los tres hermanitos? ¿Con la idea de ser felices, tanto como pudiéramos?
Alguna ventaja tengo que encontrar, así que elegí sin consultar el nombre de mi hijo: Joaquín. Lleve el apellido que lleve, va a tener un nombre lleno de fuerza. Es mi regalo para él. Que tantos me da. Que es mi risa y mi escondite perfecto. Que hace que todo, no importa qué se venga, valga la pena. Que baila en mi panza, como queriendo decirme que todo va a estar bien.
Y extrañamente tengo esa certeza: sé que de algún modo las cosas van a funcionar. Se trata de confiar. Simplemente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que leo un pedacito de tu vida de nuestra vida se me pone la piel de gallina y se me llenan los ojos de lágrimas.
Te quierooooo!!
Lola

María Laó dijo...

Sos una de las actrices principales!!!!
Por eso, y porque, como buena hermana, sabés todo lo que cabe en nuestro corazón.

Anónimo dijo...

Cuando leo tu blog... te quiero tanto que no sabés.
Alicia M.

Anónimo dijo...

Wow...

Saludos,
Franz Morrison
El Heraldo Escrotal
http://gacetacojonuda.wordpress.com