domingo, 31 de agosto de 2008


Se complica pasar a la siguiente etapa. Pero es así, como los pasos a seguir en una terapia.
No sé qué va a pasar más adelante, ni cuánto va a durar este impasse, ni si es definitivo, pero dudo ser yo la que lo decida (al menos, por ahora, no quiero decidirlo).
Ramiro -sí, el mismo que hace un tiempo había creído que era Mr. Right, pero después no lo pareció tanto-, se mudó a su departamento de soltero, y hacia allí fui, para estrenarlo como corresponde. Aunque no estábamos solos, estaba durmiendo su hijito mayor en la habitación de al lado. Pero estuvo más que bien: unos mimos, vinito, una película... Lindo. Un interesante paso intermedio. Nos queremos, nos conocemos, no hubo que dar demasiadas vueltas.
Quizás todo sea cuestión de tiempo. Quizás el tiempo sea eterno. ¿Quién puede asegurar nada?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nadie puede asegurarnos nada. Sólo saber que día a día estamos vivos.
La seguridad parece medio aburrida, a veces.
Vivir es lo inesperado.
Besos.
Alicia M.